Tuesday, January 6, 2015

Depresión, Majadería o Necedad




La vida es solamente una rutina. La gente está acostumbrada a que se haga cual o tal cosa, y lo notan cuando ya no lo haces. No hay excepción, eso pasa en tu trabajo, en tu familia, donde quiera que tu vida se desarrolle.


Esperamos mucho de los demás? Espero mucho de mi mismo? Doy lo que están esperando de mi? Si bien es cierto el mandamiento divino es dar sin esperar nada a cambio, pero cuando uno da y da y da y parece que no recibe nada a cambio, se me confunde con aquel otro refrán que dice: Siembra y eso recogerás; pero rayos, creo que me estoy confundiendo de semillas, porque creo que siembro algodón y nacen espinas.

Cuando vamos a estudiar, esperamos que la materia sea fácil, buenos compañeros, clima ideal, y profesores tan profesionales que no necesitas ni trabajos extraordinarios o favores por puntos extra para poder pasar la materia y claro, que no tengan favoritismos y enseñen el curso como es debido para facilitar al estudiante la materia que se evaluará seguidamente en el curso; pero no encontramos otra situación la mayoría de las veces y entonces nos desilusionamos, bajamos la guardia y hasta nos damos por vencidos.

En la familia y el trabajo es algo un poco perceptivo y subjetivo, dado que no todos somos iguales y muy de vez en cuando a como nosotros vemos, así nos ven en la casa; otras veces es todo lo contrario. Muy trabajador, compañeros excelentes, trabajo fácil de hacer (al menos con buen entrenamiento para al menos entender lo que hago), y claro está un salario inflado que me pague mas allá de lo que hago y no que haga mas allá de lo que me pagan. En casa; la situación no se aleja mucho, mamá y papá esperan que terminemos los estudios (aunque ellos ni el colegio terminaron), que estudiemos mucho para un excelente record académico (ellos a nuestra edad ya estaban planeando el segundo hijo), que seamos responsables, trabajadores, y claro, ayudemos en la casa con los quehaceres diarios. 


La decepción se lleva uno diariamente: Expectativa versus Realidad versus Actitud versus Disposición. Pero que hacer para mejorar, si siempre hay una adversidad nueva con la cual lidiar, una piedra mas que esquivar en el camino que se llama vida, un rayo de sol mas que evitar para que no me dé cáncer de piel, un conductor temerario a quien temer, porque sino en un santiamén acaban con tu vida en el mejor de los casos, o bien te dejan inservible y completamente necesitado.


Que miedo vivir, que miedo andar por ahí exponiéndome todos los días a un peligro eminente, un asaltante que hasta por las Tennis que ando me sigue, me golpea, me roba y me deja descalzo, y si se pone “tonto” uno queda bien muerto. Hoy tengo todas las expectativas de vivir y ser feliz en la vida, lleno de sueños y planes a futuro, deseos de hacer cosas nuevas y viejas, aprender de la vida y surgir, pero al final para qué? Cual es el propósito? Que gano con esa lucha? Pero también si no lo hago? Entonces para donde agarro? Es que no hay opción, estás aquí y vives, trabajas y trate de ser feliz porque “no hay de otra”. 


Definitivamente no hay de otra. No importa si somos feos, guapos, con plata o con plata que pagar, con hijos o sin ellos, con enfermedades o sanísimos, todos venimos del mismo lugar y vamos de nuevo al mismo también, lo incierto, digo incierto, porque no estoy 100% de donde estuve antes de ser engendrado y tampoco donde se ha ido la gente que ha fallecido. 


Ay que Calor! Que vida mas cruel. Mientras yo tengo calor, aquel otro muere de frío. Mientras yo tengo hambre, mi vecino desperdicia comida. Cuando yo me preocupo por el medio ambiente, mis vecinos hacen quemas diarias y botan basura donde primero pueden. Una sociedad tan variada, pero que la expectativa que tenemos de nuestros semejantes nunca se cumple; y casi siempre, tampoco cumplimos las expectativas con nosotros mismos. 


Quejoso y Quejido se vieron en el parque y la reunión duró tanto, que nunca terminó!

Friday, December 26, 2014

Pa'Lante


La vida ha sido un poco extraña, bastante ilógica, llena de adversidades, de altos y bajos, una montaña rusa de grandes dimensiones, que no siempre se disfruta.

De las cosas que he vivido en mis tantos pocos años, no se si hay cosas que me han tocado vivirlas (por asi decirlo), o será que yo me las busqué y/o quien designó tales o cuales vivencias correspondían al ser que soy. 

Si bien es cierto, no tengo control sobre cada cosa que pasa en mi vida, (desearía tenerlo) y se necesita mucha paz, amor, confianza, actitud, paciencia y sobre todo sabiduría para pasar por cada momento. Muchas veces pasa que deseamos volver en el tiempo y cambiar una o dos acontecimientos, y confiamos que la suerte sería distinta si no dejamos que ocurra tal o cual, pero pienso entonces, y si pasa diferente y es peor? esta vez si que me lo busqué yo, porque fui al pasado y cambié la versión de los hechos que provocaron este presente que estoy viviendo. Entonces como la Rana René dice: "a veces quisiera volver en el tiempo y cambiar algunas acciones, luego me doy cuenta que eso podría cambiar el presente a uno que me gustaría tal vez menos, y se me pasa."

De veras que hay que luchar por ser feliz en esta vida, de veras que a veces las fuerzas sentimos que nos abandona, se va... y no la encontramos de vuelta pronto; pero hay que aferrarse a ese amor, esa paz que das cuando estamos en ese momento que nos sentimos plenos, que si con paciencia, confianza y un poquito de actitud, vamos a poder vivirlo una vez mas. La sabiduría la necesito para saber que estos momentos de dolor, no son solo eso, momentos y llegarán a acabar.  No es una Navidad sin tí, es solamente un pequeño rato que estamos separados, y nos comeremos a besos nuevamente. Un rato que no podemos ser el centro de nuestro universo, y ya volvemos a brillar cual Centro del Sistema Solar.

Aprendí que no es por ser una fecha especial, cumpleaños, aniversario, navidad, año nuevo, etc la razón por la cual debes estar con tus seres queridos, sino porque tienes con quien estar es que celebras esas fechas especiales todos los días del año. Cada día es un aniversario más, cada día es un cumpleaños, una navidad, un año nuevo, una fecha especial, porque ese día va a ser historia mañana, va a ser un recuerdo, y que bonito es, tener bonitos recuerdos. 

Está aquello que nos parece grande y que creemos es el fin del mundo o el inicio de otro, y le damos mas importancia de la que realmente se merece. Luego vienen aquellos pequeños detalles, que dejamos pasar por alto por pequeños que son, sin embargo, empoderan una importancia mayor a aquello otro. Somos humanos, personas emocionales, sentimentales, vicerales y por eso es, que no siempre podemos ver las situaciones de la misma manera, cuando estamos felices todo es color de rosa, cuando estamos tristes todo es color de hormiga. La prepotencia, el orgullo, la majadería, la ignorancia, el eogísmo, la suposición, entre otros son increibles y poderosos enemigos de la paz y felicidad personal; y debemos entonces encontrar aquellos instrumentos que van a ser nuestras armas para combatir esos enemigos, luchar por estar bien, y vivir este ratico de vida que nos presta vivir. 

Cuando no sabemos los riesgos que se toman, el sacrificio, esperanzas y anhelos, deseos y suspiros, la valentía y el amor de quienes nos rodea, no podemos entender todo aquello que hacen por nosotros. No podemos juzgar a alguien por su traje, por su apariencia o semblante; nunca llegaremos a conocer el interior de una persona en su totalidad y por eso no podemos a veces explicarnos actuaciones y pensamientos ajenos.

Amor... llevanos adelante con mucha sabiduría y comprensión, para que seamos felices por toda la vida.

Saturday, April 26, 2014

El príncipe que se creía Sapo….







Había una vez un príncipe precioso, lleno de virtudes y buenas costumbres. Un ángel que llenaba de luz donde estuviera, una sonrisa que alegraba a cualquiera que alcanzara su belleza, un corazón tan noble que enamoraba a todas las doncellas del reinado y además bien parecido que robaba los suspiros de doncellas y plebeyos de la comarca. Todo aquel que le conocía, se daba cuenta que no sólo era hermoso en su exterior, pero también en su interior, su bondad, humildad y carisma, y un poco modesto; eran notorios al primer encuentro. Pero este príncipe no quería reconocer ninguna de aquellas virtudes suyas con las que había sido bendecido. Una vez había perdido su corazón en una batalla, y el amor de su vida ya había partido, pensando jamás algún día poder conocer el amor otra vez. Un buen día, pasaba por la comarca la visita de otro príncipe, un príncipe esbelto, de cabeza brillante, no sólo por su falta de cabello, pero también su reconocida inteligencia, montado en un bello corcel blanco y su flamante armadura; también estaba de buen ver, y poseía muchos talentos. Se rumoraba por el reinado, que venía de familia burgués reconocida, poseía títulos de nobleza, y había ganado varias batallas; las doncellas suspiraban por el príncipe Harry cuando pasaba por las calles principales hacia el castillo principal, nunca había sido invitado y fue de casualidad que él, junto con su escolta buscaban donde pasar la noche, ya que se avecinaba una tormenta, y tendrían que buscar refugio.

Durante la visita, tanto el príncipe Harry como Andrew, disfrutaron de un festín y compartieron con sus familias la celebración de aquella nueva amistad. Si bien, no fue amor a primera vista, sus corazones sabían y reconocían el valor que tenía cada uno. Tenían mucho en común, y disfrutaban conversando de aquellos temas que no compartían, aprendiendo uno del otro. Tal fue la alegría y el buen compartir de los príncipes, que la estadía que era temporal, se fue extendiendo hasta por dos o tres meses; sin embargo, Andrew sabía que Harry debía volver a su propio reino, y seguir su vida normal, lo que hizo incrementar lo que sentía en su corazón, su miedo a perder de nuevo y seguidamente anunció la necesidad de un viaje importante para beneficio de su propio reino. Tristemente Harry no pudo despedirse, ya que Andrew había decido partir sin siquiera despedirse, ya que partía su corazón tener que decir adiós. Harry resignado, tomó su escolta, y regresó a sus tierras, con la esperanza y emoción de volver a saber de Andrew tan pronto volviera de su viaje.

Andrew no quiso hablarle a Harry, sabía en sus entrañas que le lastimaría, que no era suficiente para él, y claro estaba, los reinos de ellos no estaban destinados a estar nunca unidos, aun cuando sabían que uniendo sus fuerzas, guerreros y arcas, serían un Principado muy fuerte y no sería fácil de vencer por los enemigos. Harry buscaba la forma de enviarle mensajes a Andrew, regalos, y cuanto tuviera a su alcance para llamar su atención como una vez lo hiciera en su primera visita al Castillo Gris. La respuesta de Andrew, llegaba de vuelta al Castillo Azul, diciendo que no era digno de tales regalos y agasajos, que faltaban riquezas, y edad, que sus terrenos no eran lo suficientemente fértiles y que, Harry, merecía lo mejor. Algo más que un Sapo, a quien faltaba más que un beso para ser ese príncipe.

El Bello Durmiente
Harry tampoco sabía de verdad si era el momento indicado, pero es que no se había sentido así antes. A pesar de estos pequeños inconvenientes, Harry se sentía lleno, seguro de sí mismo, protegido, emocionado, y andaba desde aquel entonces, con una sonrisa en los labios y un brillo especial en su cara, el cual se reflejaba en el espejo, y era feliz. Harry, quería darse la oportunidad con Andrew, no le importaba si aquel reino era lo suficientemente fértil, él tenía el suyo y sabía que iba a ser suficiente para los dos, y sabía en su corazón, que Andrew no era un Sapo, que ya era Príncipe, y de quererse los dos, serían Reyes. 
 
Dani Martin - Emocional
Todavía esperamos escribir el final de la historia... recibir la inspiración para su desenlace.